viernes, 21 de marzo de 2008

Curso Gratuito de Tarot

1.1 ¿Qué es el Tarot?
El Tarot es un grupo de cartas, arcanos, destinados a intentar vaticinar el futuro; ésta sería la contestación simple y lógica a la pregunta que formulamos. Este grupo de cartas tiene un pasado místico y misterioso que es el que intentaremos esbrinar, de esta manera, nos acercaremos un poco más a la esencia de éste arte sacro.

El arte de echar las cartas del Tarot, e interpretar su sentido oculto, parece proceder del Indostán, de donde pasó a los templos iniciáticos del antiguo Egipto.

En Egipto se enseñaba el legendario libro de Thot, que se supone compuesto de 78 láminas llamadas "tharots", las cuales encerraban, simbólicamente, los arcanos o secretos que hablaban del futuro y de la forma secreta de descifrar su sabiduría.

Después de la caída del antiguo Egipto, estos naipes se fueron distribuyendo por el mundo de la mano de los bohemios, los cíngaros, gitanos, etc.

También se atribuye a los alquimistas más remotos y estudiosos de la Cábala, la distribución del Tarot como arte sacro y símbolo del ocultismo.

Son muchos los estudiosos del tema que han intentado hallar la procedencia exacta del Tarot, pero, en lo único que están de acuerdo, es en el origen egipcio de las láminas; de ahí que se hable tanto sobre el Tarot egipcio como el más auténtico de los mazos que existen.

Sabemos que son 78 los naipes que completaban el Tarot, divididos en 56 arcanos menores, 14 de cada palo, y los 22 Arcanos Mayores. La palabra Arcano proviene de "arca" y se define como secreto mejor guardado.

Según las últimas investigaciones, fueron los judíos cabalísticos los que transmitieron el Tarot a Occidente.

Su introductor en Europa fue un catalán del que sólo se conoce su apellido, Vilá, gracias al escritor Juan de la Cueva que menciona éste acontecimiento en una de sus obras, lo que resulta realmente curioso: "Vilhán, nacido en Barcelona, hijo de padres humildes".

En éste primer curso de Tarot, estudiaremos los Arcanos Mayores, las 22 cartas de mayor valor simbólico y las más utilizadas en el mundo de la videncia. Contienen, de forma condensada, toda la problemática del mundo, del medio ambiente, del ser humano y de sus circunstancias.

No hay pregunta que los Arcanos no puedan responder, y ese es el principio básico de cualquier tarotista o cartomante que se precie.

1.2 ¿Quién puede echar el Tarot?

Llegados a este punto, podemos preguntarnos:

¿Quién está capacitado para echar el Tarot?
¿Cualquiera tiene facultades para hacerlo?
¿Sólo los adivinos o clarividentes pueden echar el Tarot con
garantías?
¿Puede uno mismo echarse las cartas?

La respuesta que nosotros damos es que cualquier persona, sea cual sea su condición, puede echar el Tarot. Ahora bien, está claro - aparte las facultades extrasensoriales que pueda tener - que cuento mayor sea la cultura, conocimientos y experiencia del cartomántico, más capacitado estará para interpretar las láminas que se elijan, ya siga los métodos sencillos que damos en este libro o los más complejos que pueda sacar de otros tratados.

Lo que sí recomendamos encarecidamente a cualquier aprendiz de tarotista es que aprenda simbología y estimule constantemente su memoria, aparte de su sentido de visualización.

Lo que hay que tener siempre presente es que cuando hacemos una pregunta al Tarot, el inconsciente del adivino (o consultado y el del consultante (o cliente) se ponen en acción y eligen las imágenes que puedan dar respuesta a los interrogantes que se platean. Por ello es importante que tanto el cartomántico como el consultante se hallen en una estancia o lugar tranquilo, sin ruidos, a ser posible solos, relajados ambos, a fin y efecto de que el inconsciente (o subconsciente de los dos) tenga el camino fácil para expresarse o enviar sus mensajes y, al mismo tiempo, para interpretarlos con claridad (mente del adivino).

Como cualquier trabajo, carrera, o deporte, el tarotista también tiene días bajos. Cuando se esta en esta situación se debe de seguir adelante, practicando con paciencia y tesón, desarrollando al máximo el sexto sentido, que quizás tenga adormecido o bloqueado, y se sorprenderá de los resultados y éxitos que obtendrá. Lo importante es no perder nunca la fe en uno mismo.

1.3 ¿Qué indica el Tarot?

Antes de pasar a explicar el significado de los distintos arcanos y cómo utilizarlos, hemos de puntualizar algunas cuestiones que se nos presentan a menudo en la práctica de nuestra profesión y que pueden hacerse muchos de nuestros alumnos:

¿Que señala el Tarot?
¿Qué indican las cartas, lo inevitable o lo evitable?
¿Tenemos un destino ya marcado?
¿Para qué sirve el Tarot si ya tenemos un destino marcado?
¿Qué es más importante, la astrología y la Carta Astral o el Tarot?
¿Es más eficaz el Tarot que la astrología horaria?...

Hay que empezar precisando que la gran madre, el tronco principal del gran árbol del esoterismo en todas sus formas y facetas, es la astrología. Lo cual es comprensible, puesto que al nacer nos hallamos en un planeta (Tierra) que no es otra cosa que un punto aislado en el espacio cósmico y rodeado de millones de cuerpos celestes, los cuales, de una u otra forma, tiene alguna incidencia sobre nuestro organismo, biología, personalidad y destino.

Todo lo que nace, se forma, desarrolla y muere bajo esa cúpula o esfera de estrellas, planetas, cometas, asteroides, polvo cósmico... se halla bajo el poder e influencia de esos astros. Y lo primero que debe pretender una persona sensata y consciente es intentar averiguar cómo influyen esos cuerpos celestes en su vida y su destino.

Esto viene a decirnos que para la práctica de cualquier arte adivinatorio - hacer rituales de magia, echar el Tarot u otro tipo de cartas, leer las líneas de la mano, tirar las runas, etc. - es imprescindible saber astrología. De lo contrario, se será un mal tarotista, un imperfecto mago, un quiromántico deficiente, una bruja medio ciega, etc.

No está de más indicar que la Carta Natal (Carta Astral de Nacimiento) es el método más correcto, eficaz y perfecto de conocer las principales directrices de nuestro destino, sobre todo si se realiza (pese a la imperfección de nuestros conocimientos actuales, pues hay planetas y puntos astrológicos por descubrir y precisar) desde el punto de vista espiritual o de reencarnación, es decir, fundado en la doctrina o creencia de que nuestro espíritu vuelve varias veces a la Tierra para experimentar nuevas vivencias y recibir el castigo o premio terrenal por sus pasadas actuaciones.

La función de la Carta Natal es indicarnos esos caminos principales que vamos a encontrarnos en nuestra carretera de la vida: baches, averías, áreas de descanso, desvíos, caminos más amplios o estrechos, etc. O sea que un método se complementa con el otro. Pero para contestar a dudas inmediatas, problemas o conflictos de cada día, o hallar el mejor camino para solucionar dificultades apremiantes de toda índole, el Tarot es el método más sencillo, rápido y económico.

A través del Tarot también se puede averiguar el verdadero carácter y actuación de una persona y los vicios que esconde o disimula ante los demás. Por ello, el verdadero tarotista debe aprender psicología a fin de penetrar más en el fondo de los problemas anímicos, sentimentales y familiares que tanto proliferan en la actualidad - y que irán aumentando de año en año-, con objeto de poder aconsejar más acertadamente a sus clientes.

El Tarot, por supuesto, como veremos más adelante también puede contestar preguntas referentes a la salud, por lo se hace necesario tener conocimientos básicos de medicina, naturopatía, dietética, hierbas, etc. para dar el consejo adecuado de acuerdo a las cartas que salgan en la tirada correspondiente.

1.4 Cómo aprender a conocer las cartas

La primera cuestión que se le presenta al principiante, al aficionado que desea iniciarse en el arte del Tarot es que tiene que asimilar el valor, el simbolismo, el significado de los 22 arcanos mayores. Y eso sólo se consigue con método, paciencia, atención y perseverancia.

El primer paso consiste en estudiar e intentar aprender de memoria el significado de dos o tres arcanos cada día, tomando el naipe, mirándolo fijamente e intentando memorizar el máximo de detalles y significados.

De acuerdo con la tabla que ofrecemos más adelante.

Una vez se tiene idea de los valores principales, se pasa al método sencillo para practicar; este sistema consiste en responder a preguntas con una sola carta. Debe practicarse de la manera siguiente:

El aprendiz toma las 22 cartas representativas de las arcanos mayores y los distribuye sobre la mesa. Debe colocar los naipes boca abajo y distribuirlos en dos hileras de 11 (es el sistema más recomendable) o en dos filas de 7 y una de 8, según el tamaño y forma de la mesa.

Una vez tiene delante (boca abajo) los 22 arcanos, debe pasear su vista lentamente por encima de las cartas, a fin de estimular su sexto sentido o intuición. Seguidamente (0 antes si se prefiere) debe hacerse una pregunta.

La pregunta se puede hacer mentalmente o en voz alta, y acto seguido se elige el naipe que la intuición indica y se saca del conjunto. colocándolo delante, pero conservándola boca abajo. Hay que estar relajado y receptivo, a fin de experimentar qué impresión le causará a uno en el momento de darle la vuelta o levantarla.

Vuelva la carta boca arriba y, aparte de la impresión buena o mala recibida, se estudia la lámina y sus significados.

Puede tenerse la tabla que a continuación reproducimos para poder consultar si fuera necesario.

Practicando este sencillo sistema durante algunas semanas, se llega a adquirir práctica y soltura en la interpretación, ya que la mente se agiliza haciéndose más sensible y receptiva y las ideas e impresiones se suceden con mayor fluidez.

Hemos de aclarar que el lenguaje del Tarot es una especie de enclave, encrucijada, laberinto, enigma, crucigrama, etc.,del que parten varias líneas o caminos hacia el futuro o hacia el pasado; el tarotista o vidente, con su intuición, sexto sentido o experiencia es el que elige la línea o ruta de mayores probabilidades, o se equivoca, por supuesto.

Para finalizar, este capítulo recordaremos la conveniencia de hacer que queme una varilla de incienso de sándalo mientras está estudiando y practicando o realizando una sesión profesional de Tarot, ya que este incienso estimula la clarividencia y el sexto sentido.

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